Hay palabras que enamoran y que algunos atesoran,
otras que al ego alimentan, los oídos empalagan
y te causan embeleso.
Hay palabras que exacerban tus sentidos y liberan
tus deseos reprimidos.
Hay palabras que al pronunciarlas causan agravio
y deberían ser expulsadas del diccionario.
Hay palabras asesinas, que causan grandes heridas,
tan profundas, que duran toda la vida.
Hay palabras que en tu boca, deberías enterrar,
para que de ella nunca salgan a tu vida estropear.
Una vez que están afuera, no se pueden devolver
y los estragos que causan, no los puedes resolver.
Hay palabras indeseables, trampas mortales pronto al acecho,
que al salir de tu boca causan despecho.
Hay palabras con tanto ruido, que en un momento acaban
cuanto en la vida has construido.
Hay palabras que pueden definir tu presente,
anular tu pasado y destruir tu futuro.
Porque aunque las palabras se las lleva el viento,
las semillas se esparcen, se renueva el evento.